"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

No regalo nada, o eso creo.

No regalo nada, o eso creo. No hay chistes, ni noticias políticas, no hay enlaces a otros sitios, no hay… hay cuentos.  Hace poco más de un año escribí en el blog:

Gracias a todos/as.
El blog de
cuentobucle  
ha llegado a las 1.000 visitas en apenas mes y medio. La verdad es que, pese al “¿Podemos?”, que tan sólo era un juego, y a que de esas mil puede que al menos cien sean mías, no esperaba que
900 personas, o una muy lectora, hiciesen tantas entradas. De nuevo gracias.

Hoy, después de un año, miro las entradas (las mías ya no cuentan, pude activar eso de “no contar las visitas propias”), y, aunque suene a falsa modestia, me cuesta entender como ha podido llegar el blog al número de visitas actual. Sigo sin regalar nada, sigo sin poner chistes (salvo que alguien tenga la opinión de que eso es lo que son los cuentos), sigo sin... sigo, no sé por qué pero sigo. Puede que siga porque tengo doce seguidores, aunque salvo uno el resto sean mujeres, lo cual me agrada. O puede que sea porque lo abrí para seguir escribiendo después de tiempos de silencio. O simplemente porque no sé hacer muchas más cosas. O porque alguien colgó un cuento mío en su blog. El caso es que sigo.
Si cuando se llegó a las mil visitas di las gracias, ahora solo puedo esperar que a alguien le haya servido de algo la lectura. A unos para encontrar un cuento en el que reconocerse, a otros para regalarlos a alguien, o para robarlos, porque los cuentos están para eso, o para coger el sueño en una noche de insomnio.
Un abrazo a todas y a todos, uno de letras, de sueños, de complicidad porque aunque no nos conozcamos hemos estado en los mismos sitios, en los mismos sueños, en las mismas letras. Un abrazo.

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Sueño

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