"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

sábado, 5 de mayo de 2012

Testamento

Testamento.

Es mi última voluntad que todo aquello de lo que he disfrutado en esta vida sea repartido de la siguiente forma:

1.- A los ricos, a los poderosos, a los que acumulan todas las riquezas de este mundo, les quiero dejar el cielo, con todas sus estrellas (según el último inventario), con el sol (que aunque sea una estrella más, es la mía). Les dejo el agua, toda, la que está en los ríos y en los mares, la que mana de todas y cada una de las fuentes, las nubes. Voluntad mía es que sean los dueños de la tierra. No importa si esta es yerma o la más fértil, si son miles de acres hasta el infinito o si se encuentra en pequeñas macetas en balcones. Toda la tierra es para ellos. A ellos también les corresponde la posibilidad de la risa, de la ternura, de la felicidad. Esta la podrán disfrutar en valles, como en el que yo he vivido, en montañas, en todas y cada una de las playas, en las ciudades (que ya casi todas son de ellos), y en cualquier rincón de este mundo, que también les cedo.
Para cualquier otra cosa, material o no, de la que he disfrutado en esta vida, queda escrito que mi voluntad es que también sea de ellos.

2.- A los demás, a vosotros, que tanto os parecéis a mí, solo os dejo dos cosas: la voluntad de cambiar lo anterior, y la capacidad de que así sea.

3.- Las demás cosas, la tristeza, el abandono, el sufrimiento, la pobreza, la ignorancia, y tantas otras, ya hubo un dios que las repartió sin mucho tino. También esas tendréis que arreglarlas con la voluntad y la capacidad.

El presente testamento fue firmado en Buñol, a 5 de mayo de 2012. Desde hoy, y hasta el día en que se deba hacer efectivo (léase “el día de mi muerte), intentaré, con mi torpe voluntad y mi poca capacidad, que no tenga sentido el punto uno.

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