Eres un punto, o una luna, o un espacio
indefinido entre febrero y la ausencia. Estuviste, si mi memoria y el demonio
de la ilusión no me mienten, estuviste. Eres un juego de manos entre caderas y
pechos, y un paseo con prisas, y un beso. Pero mis manos están quietas, y mis
pies, y mis labios apenas pueden pronunciar tu nombre. Te llamabas esquina, o
calle olvidada, o farola. Te llamabas deseo en un fuego que acabó en estas
cenizas. Una cuenta atrás que siempre acaba en menos dos. Sigue haciendo calor
y sudo por ti. Cuando tu memoria me olvide me volveré mariposa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario