"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

sábado, 3 de marzo de 2018

Baja por mi espalda


Baja por mi espalda, por mi piel desnuda. Se toma el tiempo justo en el abismo de mis nalgas y de allí se deja caer al infinito suelo perdiéndose entre sus fauces. Era un beso que dejaste olvidado en mi cuello. Se enrosca a mi espalda, se enrosca una y otra vez aumentando su fuerza hasta casi dejarme sin respiración. Crea un aterrador vacío delante de mi pecho buscando la ausencia de tu pecho contra el mío. Es un abrazo, uno que sigue buscando tus brazos y sin embargo, no sabe que ya hace mucho que te fuiste. Habla con mi sombra. Le cuenta de tu ausencia y de cómo la partida fue una derrota donde nadie ganó en la batalla. Le dice que ella se quedó porque sabe que volverás a recogerla y entonces puede que las dos sombras jueguen en una cadencia de suspiros donde el tiempo sólo sea una excusa para convertirlo en deseo. Es tu sombra.

Sueñas, perdida en un mundo donde la noche y el día son la misma cosa y los ojos permanecen siempre cerrados. Donde el tejedor de cadenas sabe hacer demasiado bien su trabajo y, día tras día, va llenando tu cuerpo y tu alma de las más hermosas ataduras, para que su hermosura te haga olvidar su condena. Sueñas, sueños de papel, de metal, de hielo, mientras tu corazón, sumido en la más devastadora de las hogueras, grita sin descanso contra un mundo que transforma cada uno de tus gritos en un imposible.

Mientras, en un recodo de tus caderas, un hombre aguarda. En sus manos tiene un beso, sus brazos están prestos, por si el abrazo llega cuando menos se le espere, y su deseo está sentado a su lado, mirándole, jugando a ratos con tu sombra y a ratos con tu ausencia.

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Sueño

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