"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

lunes, 9 de enero de 2012

Demasiados días de sol

Demasiados días de sol, y en los días de sol el llanto es seco, y araña en el alma cuanto allí vive. Hoy la luna no quiso hacer el amor conmigo, y una extraña sensación a vida muerta se quedó en mis entrañas. Mañana, mañana puede que llueva llanto y mis ojos sientan el frescor de la lluvia, mañana. Demasiados días de sol para un corazón que prefiere las sombras que le llevan hasta la casa de unos labios. Pero siempre es medio día y no hay rastros que seguir en unas calles que parecen hechas para el olvido y la tristeza.
Y es un sol frío, un sol de enero que viene de los hielos, un sol sin la piedad que necesitan hoy mis manos, mis ojos, mi ausencia. Sé que en algún lugar, puede que tras las montañas que recortan el horizonte como una promesa de nubes que viajan hacía mí tras ellas, o puede que en los cientos de fuentes secas que pueblan mis recuerdos como mendigos infatigables, debe de haber una gota que seré capaz de transformar en llanto cuando estos días pasen. Pero hoy no, hoy el sol toca incansable a mi puerta, se cuela por debajo de las rendijas, se sube a las cortinas, se sienta en mi mesa, se agarra a mis piernas, y convierte en páramo cuanto toca, en un páramo donde la lluvia es un ancestral recuerdo.
Demasiados días de sol, si no viene pronto el llanto se secarán mis sentimientos, se convertirán en hojas secas que cualquier viento, el más torpe de los vientos, alejará de mi corazón. Y un corazón sin hojas no es más que un corazón, un espacio para el infinito donde el olvido trabaja sin descanso, una tumba, la más profunda de las tumbas. Una donde un único sepulturero, yo, trabajo día y noche.
Demasiados días de sol.

...y ahora escucha esto

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