"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

martes, 4 de octubre de 2011

Ficcionario: preocupación en el IES


Continuamos realmente preocupados y al borde de la desesperación. Todo comenzó hará unos cuatro meses, en unos controles de rutina por parte del Departamento de Orientación. El psicólogo, dio la primera voz de alarma. Repasó una y otra vez el resultado de las pruebas. Incluso las repitió para estar seguro. Convocó al equipo directivo y mantuvimos una reunión de casi dos horas. Una reunión tensa donde incluso se llegó a poner en duda la competencia del psicólogo. Más que nada por lo inverosímil de los datos que nos facilitó en dicha reunión. Pero tuvimos que aceptar que no había error posible. Rápidamente se convocó otra reunión de ciclo con los mismos resultados, las mismas incredulidades y los mismos reproches entre diferentes profesionales. Claustro, claustro urgente, gritaron los más vehementes. Se decidió convocar un claustro extraordinario con un solo punto en el orden del día. Lo recordamos como uno de los claustros más largos y tensos de los últimos años. Al final de él salieron dos decisiones. Por un lado convocar a los padres de los cuatro alumnos, y por otro realizar diferentes pruebas médicas a los alumnos, entre las que estaban un TAC, una resonancia y diferentes análisis (de sangre, de orina, etc.). De la reunión con los padres sacamos pocas conclusiones, salvo el gran disgusto que se llevaron al saber los resultados de sus hijos y lo incomprensible que era para ellos dichos resultados ya que habían sido unos padres modélicos. De los diferentes análisis y pruebas médicas tampoco salió nada que pudiese dar explicación al hecho. No nos quedó más remedio que aceptarlo. Aquellos cuatro alumnos ni podíamos catalogarlos de TDA (trastorno de atención) ni de TDAH (trastorno de atención e hiperactividad). De todos modos, las diferentes Consellerías, y los diferentes ministerios (el problema se catalogó de “tan grave” que intervienen varias Consellerías y ministerios, y no solo los de educación), nos proporcionan, de momento, los suficientes recursos económicos y humanos para poder atenderlos en grupos especiales y con atención individualizada.
La preocupación ha vuelto a nosotros desde hace unos días. Se ha diagnosticado un nuevo trastorno en los alumnos de todo el país. Un trastorno perfectamente definido en las diferentes teorías de “expertos” y “estudiosos” de la educación y la adolescencia, y los cuatro alumnos de nuevo se muestran reticentes a presentar los síntomas y poder ser catalogados dentro del espectro del trastorno. Los más radicales ya apuestan por recluirlos en un centro especial y abrir en las universidades una especialización en el estudio de estos cuatro alumnos y la posibilidad de que se expanda su problemática.

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Sueño

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