"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

miércoles, 1 de junio de 2011

EL ANCIANO


  En mi último viaje, bordeando la muralla china, tuve ocasión de conocer dos gaviotas. Volaban sobre la muralla, subiendo hacia lo alto y luego se dejaban caer en picado como si quisieran derribarla. Estuve durante dos días completamente dedicado al estudio de estas dos gaviotas.

  Al tercer día me crucé con un anciano que iba cargado con dos ánforas llenas de vino. El me explico la leyenda de las gaviotas.

  “ Hace muchos siglos, tantos que probablemente el sol era todavía un niño, hubo un samurai muy famoso. Este samurai al que llamaban “El poderoso” vivía cerca de la orilla derecha del río. Aprendió el manejo de las armas como nadie lo había logrado, fue extremadamente hábil con la espada, y muy pronto consiguió un puesto en la guardia personal del emperador.

  Fue entonces cuando su padre le contó por qué vivían tan apartados de la gente, por qué no iban jamás a la ciudad, y cuál era el motivo de su pobreza.

  Una mañana “El poderoso” entró en la habitación del emperador, avanzó con cuidado hacia el lecho donde este se encontraba reposando y, sobre tener el cuello rodeado por el brazo de la mujer que había pasado la noche con él, le cortó el cuello de un limpio golpe. El golpe fue tan silencioso y certero que la mujer no se dio cuenta de nada hasta que despertó”.

  El anciano volvió a cargarse sus ánforas a la espalda y continuó su camino.

  Durante dos días mas estuve estudiando las gaviotas. Su conducta durante estos dos días siguió siendo la misma. 

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