"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

viernes, 4 de febrero de 2011

Hoy no

Hoy no, hoy estoy demasiado cansado para seguir jugando a este estúpido juego cuyo único fin, una y otra vez, es siempre la muerte. Hoy necesitaría saber que hay una posibilidad de engaño, que cabe despistarla en una esquina, y que olvidará el ansia incontrolable con la que cada día se va llevando un espacio de tiempo, de sombras, de carne.

            Hoy no, hoy apenas puedo mantener los ojos abiertos, y mis piernas duelen, y mis brazos, y siento cada poro de mi cuerpo como si fuesen los poros de un extraño y tuviese que llevarlos a cuestas por un salario que nunca nadie vendrá a pagar.

            Quizás ayer, aunque ayer también es parte de su reino. Puede que mañana, aunque mañana sólo será si ella todavía está distraída peinándose una y otra vez su larga melena en el espejo.

            Apenas le quedan unas horas al día, pocas, de esas que hoy no sé si son un regalo o el peor de los castigos. Yo estoy en ellas, y mi cansancio se esparce desde hace tiempo y parece no importarle el juego. Estoy casi seguro que seguiré cansado después de haber perdido el juego, mucho tiempo después. Como si sólo este cansancio estuviese más allá de las reglas, como si sólo él no envejeciese, no se llenase su cabello de canas, ni sus músculos perdiesen nada de su frescura, el vuelve una y otra vez, cada día, como un joven cuyo parto se debe a cada nueva alba. Y yo lo arrastro, y yo si envejezco, pierdo, como si todas y cada una de las reglas sólo tuviesen ese único fin.

            Pero hoy no, hoy estoy demasiado cansado para seguir jugando.


...y ahora escucha esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sueño

Sueño