"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

miércoles, 2 de febrero de 2011

A veces

A veces quiero escribir, no siempre. Y me siento ante el ordenador, intentando forzar mi mente, buscando un tema, la punta de un tema, algo que se acerque al fantasma de un tema. Y entonces una tristeza inmensa, una que casi cuesta tragar, se apodera de mí. Hago un barrido sin mucha fuerza sobre los temas clásicos. El amor, la vida, la muerte, ya se sabe que la muerte siempre ha sido clásica, aunque nunca deje de tener esa frescura de lo que está a punto de nacer a cada instante; pero nada, la tristeza lo cubre todo de un manto hecho de gasa, de la más cálida y suave de las gasas. En las más desesperadas de las ocasiones pongo música. La música, a veces se parece mucho a alguna de las musas de los antiguos, y trae de la mano alguna que otra letra que no acabarán mal del todo en un texto, uno cualquiera; pero en otras ocasiones, la mayoría, suele traer en su mochila una suave sensación de cansancio que me invita a cerrar los ojos y dejarla entrar, abriendo de par en par cada una de las puertas de mi alma, y sumiéndome en un dulce duermevela demasiado alejado del mundo de la creación. Al final me abandono. Un mal día para escribir, sólo acudió a la cita mi intención, y con eso no basta.

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Sueño

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