"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

jueves, 27 de enero de 2011

…y llegó la vida. (Posibilidades)

… y llegó la vida, tarde, como siempre. Y quiso recoger cuanto quedaba, y no quedaba nada. Ni sombra bajo el álamo, ni polvo en el camino, ni huella de pisada, ni pie, ni pierna, nada. De poco le sirvió llegar vestida con sus mejores galas, ni lucir la sonrisa, su sonrisa, eterna y eternamente vana.
Se sentó junto al álamo, dejando que su espalda llenase de vida la madera, apoyó la cabeza entre sus manos y perdió la mirada, dejándola alejarse sobre el camino yermo. Sintió bajo su pie un tacto frío, y vio brillar la hoja del cuchillo. Lo tomó entre sus manos y tembló. La hoja reflejaba su sonrisa, que ahora parecía la mortaja de aquella madrugada, entre un rastro de sangre y alaridos. La apretó entre sus manos y sintió el odio, un odio calmo y lento. Vio el rostro afilado del hombre que llegó camino abajo. Se puso su chaqueta, sintió sus pantalones en sus piernas, acompasó su paso en la llegada. E hizo el mismo arco con su brazo, uno que se alejaba de su mano.

Miró la hoja de nuevo y hubo brillo. Se vio sentada y sola en el camino, de espaldas. Sintió la incertidumbre entre su pelo, como si fuese un viento dulce en aquella madrugada de hielo. Su cuerpo notó el paso de los años, notó la espera larga. No distinguió sonido que despertará su alerta, ni sombra que llegase desde lejos a hablarle del destino. Tal vez sintió la duda, el momento indeciso que precede al abandono; pero sus pies no se movieron, ni se movieron sus manos, ni sus ojos dejaron de mirar perdidos en un horizonte que no terminaba de amanecer nunca. No, siguió sentada.
Levanta la vista. Ha amanecido. El álamo donde apoyará su espalda no hace más de unos minutos ha muerto. En el camino, a unos pasos de donde ella se encuentra, el cuerpo de un hombre, viejo, yace sin vida. Limpia el rojo carmín de sus labios y el cielo se oscurece. Guarda el cuchillo en su bolsillo, todavía cubierto de sangre, y se aleja camino abajo, sin dar la espalda, puede que el caminante todavía esté por allí.

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Sueño

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