"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

miércoles, 13 de abril de 2011

Dada2

  Todo dada era un sueño, una flor que rodeada de vida temblaba al amparo de los robles. Y así creó un poquito de história, subió al cielo y al infierno. Dada pensaba que al infierno también se sube, y que allí no había fuego, sino pétalos siempre sonriendo y sueños a punto de realizarse.Y demonios, si, había demonios, con su rabito color de rosa y sus ojitos entornados, y esa sonrisa que contagia vida. Dada pisó ramas y hojas secas, saltó motes y granitos de arena, finalmente comenzó a caminar y a reir, llenando de dientes y lenguas el valle. Dada evapotranspiró, como dice el profesor de geografía general, pero no estaba muy seguro de lo que había hecho, ni siquiera sabía lo que había hecho, y por ello volvió a evapotranspirar. Se volvió ovalado, después cuadrado, y a la vez singular; pero Dada no era dios, ¿quién es Dada? preguntó el todo, la nada le respondió. Siempre responde la nada cuando hablamos de Dada. Y cuando Dada habla de él dice “el 4 herido de muerte salió por la puerta principal en brazos de un punto y coma, mientras el pomo de la puerta reía y reía can lágrimas doradas". Así habló dada y lo echaron a la calle. La calle lo envolvió en su manto de olvido y mesotérmico (como escribe el profesor de geografía general). La verdad es que la calle no estaba, ha sido una pequeña mentira, la calle “la están peinando” y el sol se volvió de espaldas, le daba verguenza. Saben que la noche ama a Dada; pero dada no le hace caso y le contesta que va con oscuras intenciones, que no ve nada claro con ella. Una w quiere decir que habrá enlace entre la v que vive cerca de la j y la v que duerme donde el sol se acuesta. Y Dada está invitado, llevará regalo, serán dos sombreros para que v y v se vean así: ¨w¨ y si no se ven que duerman como puedan. Dada se ha cambiado el nombre, ahora es más bonito, fue y le dijo al cura “yo ya estoy cansado de ser Dada, hoy quiero ser otro y cambiarme el nombre” y el cura le contestó “¿quizás seas Ricardo, José, Andrés, Gerardo o quizás Antonio?. Y así habló Dada, “no, yo quiero llamarme daDa”. El cura lo miró de ancho a estrecho y pensó extrañado “¿acaso los soles duermen boca abajo?”, la única respuesta fue “...y lo están peinando”. Bailaron la jota las hojitas secas, las ramas pisadas, los diablos malos, mientras que cantaban las flores, el bosque, los álamos verdes y también los rojos, y ¿Dada qué hacía?, daDa era la jota. Viva las reformas, los ojos azules, vivan las sonrisas, viva lo que viva. Así todo dicho parece mentira. Siempre la mentira parece y parece, como el loro loco, como las estrellas, las estrellas sí, porque se marcharon. Dada tiene encanto, porque sabe el sueño, porque mira al cielo como el que no quiere, porque todo tiene las luces de al lado y aun así continúa estando apagado, y DaDa lo sabe, y dada lo sabe. Dada no es novela porque no conoce ni el no, ni la brisa, y aún así confía en todas las piedras. La pluma se cansa y respira a golpes, sueña con sus letras y con sus palabras, ¿qué será que todos los que viven sueñan, que sueñan los muertos y hasta los inviernos?. Será que la brisa levantó su pelo. Bajen los telones, por favor, los bajen que el actor más malo lo está haciendo bien y eso no interesa. Y el actor más malo se queda llorando sonrisas de viento, carcajadas llenas de amor y silencio. El silencio escucha, siempre está escuchando, y daDa le habla, le cuenta cuentos, le dice al oido que el pájaro canta, y DaDa, con el silencio, ríen sin hacer ruido, pues Dada lo sabe, sabe que, si acaso, al reir hace un poco de ruido, se ira el silencio a dormir su sueño, el sueño de poder hacer ruido un día. Rápido, dice daDa, todas las estrellas que salgan a escena, apaguen las luces, suban el telón, y ante los ojos de todos los mundos crece, como un niño, una noche oscura salpicada en brillos de miles de estrellas, y DaDa sonrie, y las felicita, la función ha ido de mil maravillas, como cada día. Las funciones siempre, siempre se terminan, daDa no lo sabe, sabe que se ríe, que los ciervos comen, y por eso canta con guitarra nueva. Vamos a la cama, que la cama duerme, que mis niños rien y eso es lo que saben, para mi me basta, y DaDa los vela (ya dijimos antes que él no es novela) sin no, sin malicias, y con dientes rojos, verdes y amarillos duerme en las riveras de pequeños rios.

Y ahora escucha esto...

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Sueño

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