"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

sábado, 2 de abril de 2011

Entre un poema y un poco de amor

  La tarde va muriendo sobre los tejados que miran mis ojos. Recuerdo tu cabello negro como el azabache, el roce de tus labios bordeando mi deseo. Las primeras estrellas se asoman a mis ojos como queriendo hablarme de lo que no recuerdo. Y un lento balanceo va recorriendo mi cuerpo mientras las primeras lágrimas llaman a la puerta de mi ternura. Tus manos, ay, tus manos, y el resto milagroso de una sonrisa en tus labios, y las palabras que brotan y se me clavan con fuego. Casi no tengo tu aliento, ni las sombras de tus sueños, pero aún recuerdo tu pelo, negro de azabache y deseo, envolviendo nuestros sueños, y los sueños de los nuestros. La tarde yace muerta en mis primeros recuerdos, junto al palpitar sereno de tus pechos en mi pecho, junto a mis primeros versos y mis primeros anhelos. Se fue adentrando la noche en mi porvenir, como se adentran las garras de las fieras en mis sueños. Quiero recordar, quisiera recordar sobre la hierba algún muchacho dorado, olvidarme de los giros, de las esquinas dobladas, de las primeras heridas sobre mi piel y mi alma. Y al fin sólo son tus ojos, y la miel donde se funden. Tus primeras bocanadas de vida sobre mi barro. Tu color, si, tu color, y el calor de tu mirada. Dicen que siempre hay mañana, pero en esta noche habito y de ella soy la sombra. Quiera, si acaso el querer es mas fuerte que el deseo, que siempre ocupe esta noche con tus recuerdos tejida. Que la mañana reviva para los que nada esperan, para los que el hoy vacío les empuja hacia el futuro. Pero esta noche, la tuya, en la que ya nada espero, esta noche hecha de fuego, que no la toquen, que olviden que en ella vive, siquiera, un devorador de sueños.

1 comentario:

  1. Lo leería una y mil veces y mil veces más me parecería hermoso. Porque siento el vacío de lo que llenan tus palabras cuando la ausencia traduces. Porque se del vacío de los besos que no llegan y las caricias que habitan en las sombras. Porque dibujas el deseo dormido en la habitación. El que late y espera moribundo. Siempre expresas lo que yo no puedo. pones en tinta mi tristeza, mi alegría y mi deseo. Y para que no te confundas, he sido yo quien lo ha escrito.

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Sueño

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