"Yo te contaré cada día un cuento, y tu me regalarás tu mirada"

martes, 15 de marzo de 2011

A veces es febrero.

A veces es febrero, y paseo por el parque como si fuese martes, o jueves, o nostalgia. En esos días camino a un trecho de mi sombra, no vaya a despertarla. A veces es sonrisa y no puedo evitarla, es como si algún duende tirara de mi boca. Siento una presión dulce justo en mis comisuras y finalmente llega, una sonrisa nueva. No es linda, o eso creo, ni son dientes de perla, ni hay brillo en su cadencia, pero sucede entonces que pasa una muchacha, y el duende me susurra que era para ella. Ella ni se da cuenta, se aleja y mi sonrisa se cuelga de su espalda. Entonces miro al duende y él se encoge de hombros y silba despistado. Está tan divertido. A veces me descubro con un pantalón blanco y camiseta a rayas, con brújula en la mano y en la cartera mapas, con estrellas y viento, con norte, sin rumbo. En esos días salgo cual si hubiera un destino. Pongo mi mano arriba, justo sobre los ojos, y miro al horizonte. Preparo mis zapatos, incluso hago estiramientos, y comienzo el camino. Un paso, dos, cuarenta, si, este es un buen sitio, y dejo que mi cuerpo descanse sobre el césped.
Si, a veces es domingo, o pelo, o madrugada, y uno tendría que estar ciego, y sordo, e innecesario, para no darse cuenta.

Y ahora escucha esto...

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Sueño

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